Hace no muchos años, cuando veíamos un informativo en la televisión, solíamos escuchar el término alfabetización. Normalmente, esas noticias se referían a países pobres. Y la alfabetización era sinónimo de escasas habilidades lingüísticas porque esas personas no podían ir al colegio. Hoy, en cambio, el término vigente es alfabetización digital. ¿Sabes qué es la alfabetización digital? ¿Por qué la alfabetización digital es tan importante?
La UNESCO también defiende este vocablo. Según ellos, “hay 750 millones de personas que no saben leer o escribir en el mundo”. Pero, aún así, este organismo aboga por formarlos en alfabetización digital. Repito: no en la escuela tradicional, sino en la digital. Están seguros de que “la educación y el aprendizaje se encuentran cada vez más presentes en la red”.
En este post vamos a explicar de qué estamos hablando y cómo nos afecta en nuestra vida privada y profesional la alfabetización digital.
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Decir a estas alturas que las nuevas tecnologías lo están cambiando todo es una obviedad, porque es algo que debería tener asumido todo el mundo, no obstante quizá no seamos tan conscientes de que han vuelto a trazar una línea divisoria.
Han creado una franja de índole económica por un lado, porque no todos tienen las mismas oportunidades de acceder a la tecnología, y una división social, por otro. En este último lugar incluyo a todos los que no han asumido que la transformación digital es hoy una realidad, y es que todavía hay quienes no reconocen que las nuevas tecnologías han cambiado nuestra manera de relacionarnos, nuestro discurso.
“Estamos ante una nueva fractura social, cultural, educativa y económica”, advierten los especialistas. Y por ello han surgido los términos alfabetización digital, alfabetizado digital o analfabeto digital.
En cualquier análisis se observan estos dos grupos que estamos mencionando. Tenemos a las personas o empresas que se han subido al tren de la transformación digital, por un lado y a los que no por otro.
Estos últimos corren el riesgo de exclusión, de quedarse aislados, pues van a contracorriente. Y no nos referimos solo a las personas, sino a las empresas, especialmente a las pymes. Las pequeñas y medianas empresas son, de hecho, las que más carencia tienen de alfabetización digital.
Pero, ¿en qué consiste la alfabetización digital? Los resumimos en estos dos puntos:
Hablamos de alfabetización digital cuando una persona o empresa aprende a utilizar las nuevas tecnologías disponibles, como Internet, móviles, aplicaciones, etcétera. Cuando, por ejemplo, aprende a enviar mensajes, programar publicaciones, etc.
Los alfabetos digitales comprenden cuál es el funcionamiento de estas tecnologías y las aplican en su beneficio.
En un negocio, por ejemplo, eligen las herramientas más adecuadas para alcanzar mejores resultados. Pueden crear, por ejemplo, páginas web que le proporcionarán visitas y, posteriormente, ventas, o incluso pueden poner al alcance de los usuarios sistemas de atención al cliente a través de chatbots capaces de interactuar, responderles con mensajes de texto o con voz, como Siri.
Es decir, aprovechan la optimización de la producción que la tecnología les puede aportar en su beneficio. La alfabetización digital no solo implica navegar por páginas web. No se trata únicamente de consumir, sino también de producir contenido.
Como hemos explicado, el uso de la alfabetización digital puede hacer que nuestra vida mejore. Y en este contexto es donde aparece la brecha digital. La separación entre los que utilizan las nuevas tecnologías en su vida diaria y aquellos que no saben utilizarlas. Entre los que ven su vida mejorada por ello, y los que no.
Los primeros verán ventajas a nivel personal y económico. Se beneficiarán de mayor accesibilidad a la información. Tendrán a su alcance aplicaciones que le harán la vida más sencilla, etcétera. Los segundos, en cambio, podrían quedar marginados. Los que no utilizan la TI (Tecnología de la Información) solo podrán acceder, por ejemplo, a una calidad de enseñanza claramente inferior. Más cerrada, no abierta al mundo como el e-learning.
En el ámbito laboral también hay consecuencias. Aquellos trabajadores que tengan conocimientos informáticos podrán optar a un mayor abanico de puestos de trabajo. Incluso recibir una remuneración más alta. Y los que no, se verán relegados a realizar trabajos mayoritariamente físicos y peor retribuidos.
A nivel comercial, si un negocio no está en la red, prácticamente no existe. Pero, además, las ventajas de las nuevas tecnologías para las pymes son infinitas. Pueden ir desde ampliar su mercado a países de todo el mundo a hasta recibir datos sobre tus clientes que nunca obtendrían con el trato directo.
La alfabetización digital significa que los usuarios conocen y comprenden cómo funciona la red. Implica que están al tanto de que existen sistemas informáticos que le darán muchos beneficios. Por ejemplo, los que aplican la Inteligencia Artificial, capaces de recoger datos de sus clientes. De decirle, por ello, qué productos buscan sus clientes o qué valoraciones tienen de tu negocio.
La alfabetización digital de las empresas les permite ser competitivos en un mercado que ya no es local, sino global. Desde luego es una ventaja que nunca tendría el dueño de una pyme que funcione de manera tradicional, sin conexiones a la web.
La alfabetización digital es necesaria, tanto para las personas como para las empresas. Vivimos en un mundo digital y tenemos que adquirir las habilidades tecnológicas mínimas para relacionarnos con él. Su aprendizaje debe ser un objetivo claro tanto en las escuelas como en los hogares o lugares de trabajo. Pero empezamos por las escuelas:
La institución escolar debe asumir su responsabilidad en la educación de los más jóvenes en nuevas tecnologías. Las propias TIC han hecho surgir una nueva forma de aprender. Se trata del e-learning o aprendizaje electrónico, capaz de eliminar barreras geográficas. Solo se necesita un ordenador y una conexión a la red.
En cuanto al mundo laboral, la alfabetización digital en la inserción laboral es clave. Hay todavía personas sin empleo que no se han reciclado tecnológicamente. Es decir, son analfabetos digitales. El Gobierno, en este sentido, debería poner en marcha programas para ayudarles.
Por último, en cuanto a las empresas, la alfabetización digital es tan necesaria como en los dos casos anteriores. Si quieren que su negocio siga siendo competitivo no tienen más remedio que estar en la red. Como dice el viejo dicho, “renovarse o morir”. Y aquí no solo se tienen que renovar los aparatos del negocio, sino los propios empleados y jefes.
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