Se denomina ciclo de vida del producto a las distintas etapas que atraviesa un determinado artículo desde el momento en el que se lanza al mercado hasta su posterior retirado. Existen diferentes sistemas de análisis que permiten a las empresas definir cuál va a ser la tendencia en la evolución de las ventas de un producto, aunque para ello es importante tener en cuenta sus características concretas ya que no todos los artículos son iguales.
Además, es fundamental tener otros aspectos en cuenta, como el mercado en el que se vende el artículo en cuestión. En cualquier caso, es fundamental cuáles son las etapas que componen el ciclo de vida de un producto.
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Tal y como su propio nombre indica, la fase de introducción es en la que nace el propio producto y se pone a la venta en el mercado. Los consumidores no saben de su existencia, e incluso en muchos casos ni siquiera son conscientes de que tienen una necesidad específica que puede satisfacer el producto.
Por lo tanto, las ventas durante esta fase son por lo general bajas, y la gran mayoría proceden de compradores que apuestan por la innovación. Para potenciar al máximo la introducción de un producto es condición indispensable invertir en distintas herramientas publicitarias, tanto online como offline. Para ello, lo primero y más importante es hacer un estudio de mercado para conocer cuál es el nicho de mercado al que hay que dirigirse.
La principal característica que define la fase de crecimiento es el aumento notable de las ventas. El producto comienza a ser cada vez más conocido, de modo que el interés que muestran los consumidores por él es mayor y, en consecuencia, la empresa obtiene más beneficios. Es fundamental consolidar el crecimiento, de forma que la compañía debe aumentar la producción para satisfacer la demanda.
Es habitual que en el mercado actual aparezca algún producto competidor durante la fase de crecimiento, por lo que es clave diversificar la oferta, lanzando modelos y variantes que complementen al artículo general.
En la fase de madurez tanto la producción como las ventas del producto alcanzan su nivel máximo. A medida que pasa el tiempo las ventas comienzan poco a poco a ralentizarse, aunque el producto ya está plenamente consolidado en el mercado, por lo que la compañía recibe beneficios altos. Durante esta etapa la promoción debe tener como principal objetivo mantener la atención de lo consumidores en el artículo, para lo que la compañía puede poner en marcha distintas herramientas publicitarias. Los picos de subidas y bajadas de ventas son frecuentes en la fase de madurez.
La última fase del ciclo de vida de un producto es la denominada “declive”. El artículo deja de ser atractivo para el público objetivo, por lo que las ventas caen en picado. Puede darse por varias causas: el mercado está saturado, a la empresa no le resulta rentable seguir produciendo el producto, etc. Durante esta etapa es habitual que la compañía utilice diferentes estrategias de precios antes de abandonar el artículo definitivamente, con descuentos y ofertas.
A pesar de que las cuatro etapas se dan en todos y cada uno de los productos existentes en el mercado, resulta interesante señalar que cada artículo tiene un ciclo de vida distinto. En un mundo en el que los cambios son constantes, son cada vez más los productos con una vida muy corta, algo común en los artículos tecnológicos. Aún así, hay otros como los alimentos que se pueden mantener vivos durante muchos años.
Para gestionar adecuadamente el ciclo de vida de un producto es indispensable valorar las cuatro variables que componen el concepto de Marketing Mix.
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