Las redes sociales, las facturas electrónicas y las aplicaciones móviles están impulsando la transformación digital de las empresas europeas. Sin embargo, solo una quinta parte de las empresas de los países pertenecientes a la Unión Europea están muy digitalizadas. Además, existen grandes diferencias entre países, sectores y las compañías según su tamaño.
Son las conclusiones que se extraen del Europe’s Digital Progress Report 2017. Este informe combina la evidencia cuantitativa del DESI (Índice de Economía y Sociedad Digital) con perspectivas políticas específicas de cada país, lo que nos permite hacer un seguimiento de los progresos realizados en términos de digitalización por cada Estado miembro y proporcionar un circuito de retroalimentación importante para la elaboración de políticas a nivel de la UE.
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El informe de la Unión Europea determina el nivel de integración de la tecnología digital en la empresa siguiendo dos baremos: la digitalización del negocio y el eCommerce.
A su vez, la digitalización del negocio tiene cinco indicadores, que son:
Por su parte, el eCommerce se mide por:
Siguiendo estos indicadores, los países con mejor puntuación en cuanto a la integración de la tecnología digital en las empresas son Dinamarca, Irlanda y Suecia. En el lado opuesto, se encuentran Rumanía, Bulgaria y Polonia.
En cuanto a la evolución, es bastante negativa. De los 8 indicadores mostrados más arriba, solo dos han mejorado de 2015 a 2016 (las redes sociales y la cantidad de PYMES que venden online). Todos los demás valores se mantienen en los mismos porcentajes.
Apenas una quinta parte de las empresas de los 28 países que forman la Unión Europea están muy digitalizadas. Es un resultado realmente negativo. En algunos estados miembros, el porcentaje de compañías ni llega al 10%. Pero, ¿cómo se mide la digitalización? Según la cantidad de servicios de la siguiente lista que ofrecen:
Solo en tres países de la Unión Europea al menos un 5% de sus empresas ofrecen como mínimo 10 de los 12 servicios. Son los casos de Dinamarca, Suecia y Finlandia. Por el contrario, en algunos países, más del 50% de las empresas no invierte en tecnologías digitales. A menudo, apenas cuentan con un par de ordenadores y una página web básica.
El uso de las redes sociales y contar con páginas web a través de las cuáles comunicarse con sus clientes son los servicios que más ofrecen las empresas. La gran mayoría cuentan con un sitio web (un 94% de las grandes compañías y un 77% de las PYMES). En cuanto a las redes sociales, los porcentajes de uso son del 68 y 44%, respectivamente.
Sin embargo, hay otros muchos datos que no son positivos o en los que la diferencia entre grandes y pequeñas y medianas empresas es muy grande. Es el caso de la disponibilidad de software para el manejo de información (80 vs 34%). Los indicadores que ofrecen peores resultados son los de la explotación de las ventas online a consumidor (9 y 7%), la compra de servicios avanzados en la nube (29 y 13%) y el uso de la publicidad en Internet (34 y 25%).
La digitalización de los sectores económicos avanza a diferentes velocidades, de acuerdo con sus propias necesidades específicas y puntos de partida. Como es lógico, las empresas más digitalizadas son aquellas relacionadas con las telecomunicaciones. Sin embargo, otros campos de negocio como los alojamientos, agencias de viaje, industrias de la cultura (cine, televisión, música, editoriales) y comercio al por mayor también tienen buenos indicadores.
Estos datos son bastante generalizables a todos los países, aunque hay algunos resultados positivos (por inesperados) que cabe mencionar. Son los casos de Chipre, Hungría y Polonia (en comunicación e información), Finlandia (fabricación), Dinamarca (construcción), Eslovenia (comercio), Italia y Portugal (alojamiento), Francia (bienes inmuebles), Bélgica (servicios profesionales) e Italia y Polonia (agencias de viajes).
El tamaño es un factor importante que facilita la transformación digital de las empresas. Sin embargo, las PYMES muestran un gran crecimiento, aprovechando los sectores en los que no son necesarias altas inversiones.
Las grandes empresas tienen más capacidad para emplear especialistas de las tecnologías de la información y la comunicación. Por eso es mucho más común que utilicen infraestructuras y software de intercambio de datos.
Por su parte, las pequeñas y medianas empresas son relativamente activas en las redes sociales (44%). Además, trabajan cada vez más en facilitar a sus trabajadores dispositivos móviles con Internet con los que explotar el negocio online (incremento del 9% en los últimos 4 años).
El 10% de las PYMES y el 25% de las grandes empresas ya utilizan fuentes de datos para mejorar sus resultados. Esto demuestra que la aplicación del big data se está convirtiendo en una realidad accesible.
La diferencia es que las grandes empresas consiguen estos datos de forma interna, a través de los servicios que ofrecen (telecomunicaciones, electricidad, gas y agua). Por su parte, el acceso a la información para las PYMES se reduce a la geolocalización y las redes sociales.
Aunque existen datos positivos sobre la integración de la tecnología digital en la empresa, la evolución es lenta. Hay indicadores que apenas se han incrementado en los últimos años y la cantidad de ventas online sigue siendo mínima (especialmente para las pequeñas y medianas empresas).
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